Álamos tiene sus raíces en más de 120 años de vinificación familiar. Generación
tras generación ha transmitido la pasión y la maestría en la elaboración del vino
que da como resultado lo mejor de Argentina en cada botella. Desde nuestros
aventureros viñedos de gran altitud al pie de los Andes, elaboramos vinos
sabrosos, accesibles y auténticamente argentinos.
A Nicolás Catena Zapata se le reconoce, con justicia, el mérito de haber situado a los vinos argentinos en el mapa mundial, gracias a su firme compromiso con la excelencia. Su legado no solo marcó un hito en la historia del vino, sino que dio inicio a una verdadera dinastía vinícola.
En Catena Zapata creemos que los grandes vinos nacen en el viñedo. Nuestra visión es elaborar vinos ricos, memorables y fieles al carácter único del lugar del que provienen. La historia de nuestra bodega es, en muchos sentidos, la historia del vino argentino.
Fundada en 1902, Catena Zapata ha sido pionera en la resurrección del Malbec y en la exploración de terroirs de altitud extrema en las estribaciones andinas de Mendoza. Uno de sus mayores logros es el Viñedo Adrianna, ubicado a casi 5,000 pies de altura, considerado por muchos como el Grand Cru de América del Sur.
En septiembre de 2009, durante un evento en la embajada argentina en Londres en honor a Nicolás Catena, galardonado con el Decanter Man of the Year, se cruzaron dos mundos que ya compartían una misma raíz: el vino y la cultura. Allí se encontraron Adrianna Catena, recién doctorada en Historia por la Universidad de Oxford, y Alejandro Vigil, enólogo principal de Catena Zapata desde 2002.
Unidos por su pasión por los escritores clásicos griegos, los libros usados y las conversaciones sin prisa, comenzaron una amistad intelectual y creativa. Ese encuentro fue el punto de partida para un ambicioso proyecto enológico: crear un vino que rindiera homenaje a sus intereses comunes por la historia, la cultura clásica y la tradición.