En el corazón del Penedès, la familia Torelló cultiva viña desde el siglo XIV en su emblemática finca Can Martí, uno de los enclaves vitícolas más singulares de la región. Esta finca, con suelos formados por antiguos sedimentos calcáreos del Macizo del Garraf, aporta una personalidad única a nuestros vinos.
Fuimos una de las bodegas fundadoras de Corpinnat, movimiento que defiende la excelencia de los espumosos elaborados íntegramente en el corazón del Penedès, y también elaboramos vinos tranquilos bajo la D.O. Penedès, así como aceite de oliva virgen extra de producción limitada.
Nuestra viticultura es 100% ecológica, con un profundo respeto por la biodiversidad. Nos comprometemos con el entorno: no utilizamos fertilizantes sintéticos y trabajamos día a día para enriquecer la flora y la fauna de nuestros viñedos.
En cada botella Torelló se expresa una historia de más de seis siglos, un paisaje vivo y una filosofía basada en el respeto, la autenticidad y la calidad.
Somos una bodega familiar con una larga tradición vitivinícola. Los orígenes se remontan al año 1790, fecha en la que se plantaron los primeros viñedos en nuestras fincas del Penedés, a tan sólo 30km del Mediterráneo y de Barcelona.
Nuestro objetivo es cuidar los viñedos de la mejor forma posible para
elaborar vinos y cavas ecológicos llenos de expresión y de la esencia de nuestra tierra; una tierra que durante siglos se ha dedicado al cultivo de la vid.
Gratavinum nace del sueño de la familia Cusiné por formar parte del alma vitivinícola del Priorat, una tierra de carácter indómito y suelos singulares que cautivan desde la primera copa. Movidos por una profunda pasión por el vino y por el potencial extraordinario de esta región, decidimos establecer aquí nuestro proyecto personal.
Fieles a nuestra filosofía de respeto absoluto por la tierra, cultivamos todos nuestros viñedos de manera ecológica, sin pesticidas ni herbicidas, apostando por la biodiversidad y la sostenibilidad como pilares de nuestro día a día.
Cada botella de Gratavinum es la expresión sincera de un terruño único, de una vendimia hecha con mimo y de una forma de entender el vino que mira al futuro con los pies en la tierra.
Desde el inicio seguimos apostando y mejorando nuestro perfil: bodega familiar, 100% cosecha propia, viticultura ecológica, producción limitada y control de todo el procesos de la vid para garantizar la mejor calidad en nuestras uvas y conseguir la excelencia en nuestros vinos.
Las cavas Maria Rigol Ordi nacen del deseo de honrar una herencia familiar y preservar el alma de un territorio excepcional: el Penedés.
Desde el primer día, apostamos por una elaboración artesanal basada en la excelencia. Por eso, utilizamos únicamente vinos flor, el mosto de la primera prensada, ideal para crear cavas de largas crianzas, elegantes y con profundidad.
Cada etapa del ciclo de la viña la vivimos con dedicación, colaborando estrechamente con viticultores del Gran Penedés. Esta diversidad de microclimas y suelos nos permite capturar la riqueza de un entorno único y transformarla en cavas con carácter propio y personalidad inconfundible.
Creemos que solo cuidando cada detalle desde el origen podemos ofrecer lo que más valoramos: autenticidad, calidad y emoción en cada copa.
