Luis Moya, graduado en Ingeniería Agrícola y con un Máster en Enología y Viticultura, ha encontrado su inspiración en las tierras de Navarra y Rioja. Sin bodega propia, ha hecho de su proyecto una aventura nómada, libre y fiel a sus principios.
Cultiva con respeto, sin herbicidas ni insecticidas, en armonía con el suelo y el entorno. Cada parcela es una historia, y su misión es traducir esa historia en vinos que hablen con sinceridad del lugar del que provienen.
Su filosofía es clara: elaborar vinos honestos, puros, que no disimulan ni adornan, sino que expresan con transparencia la identidad del viñedo. Porque para Luis, el mejor vino es el que sabe a verdad.